Hace poco nos hemos mudado a Asturias, venimos de un pueblecito de Málaga por lo que ya os imaginareis como nos sentimos en el norte, un poco desubicados la verdad, y es que no es tan fácil como se cree hacerse con las costumbres de otros sitios, que el refrán de “a donde fueres, haz lo que vieres” está muy bien, pero es complicadillo ponerlo en práctica.
El primer cambio que hemos notado es en la gente, no sé si será porque en Málaga tenemos la sonrisa de serie y nos parece extraño ver a gente tan sería, no todos claro, pero si la inmensa mayoría son de semblante más bien triste, serio, con esto no quiero decir que los malagueños estemos sonriendo todo el día, si no que el carácter es distinto.
El clima es otro cambio muy brusco que hemos notado, de hecho hasta el coche lo ha notado y nada más llegar a Asturias se ha estropeado por lo que hemos tenido que buscar desguaces asturias provincia para que mi marido pudiera arreglar la avería que afortunadamente ha sido cosa de poco y con un buscador de piezas que ha encontrado por internet a podido solucionar el problema. El clima es muy distinto, mas frio, más húmedo, mas invierno.
Aunque debo de reconocer que tiene muchas cosas buenas, muy buenas diría yo. La gastronomía por ejemplo, aquí en Asturias de come de miedo, unas carnes exquisitas y unos vinos que da gusto. Todo muy bueno y de la zona, es uno de los pocos sitios en los que puedes comer carne de res con la confianza de comes carne de res y no de ternera.
Hay también unos sitios maravillosos que visitar, y no os hablo de las zonas más turísticas de la localidad, os hablo de parajes naturales donde se oye a la perfección el canto de los pájaros, lugares de ensueño en los que relajarte y olvidarte del mundo y de los problemas de este,
valles atravesados por pequeños ríos por los que corre una agua cristalina y flores de mil colores.
Zonas en las que perderte si necesitas tranquilidad y soledad, esto me hace reflexionar y ver que con lugares así da gusto vivir en el norte y lo dice una malagueña loca por las temperaturas altas y por las horas de playa, loca por los espetos y por el gazpacho. En fin a todo hay que acostumbrarse.